23 abril 2018

Amarillando, amarilleando...

En este Universo

Pudiera ser que se amarille España... pueda que tanta incoherente prohibición, la esté amarilleando. El tercero de los colores del espectro luminoso, está siendo repudiado de manera política, por el
A firmeza (Baldo)
único hecho de ser erigido, en sus razones, por una lícita facción, en símbolo reivindicativo de la libertad. Subyace, pues, cierto ánimo de coercer... Lo que habría de resultar anodino, en manos de unos gobernantes respetuosos, vigorosos y sanos, se convierte, así, por el contrario, en señal apocada, de absurda impostura, de agravio a la determinación libre de la gente... Es vital, rehusar estas actuaciones, como base fundamental de nuestra segura y sosegada cotidianeidad... exigir gobernanza, con sentidiño,  demandando respeto, equilibrio y modestia...


El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en su Sentencia de 23 de abril de 1992, se expresa así: "La libertad de expresión no es sólo la manifestación de pensamientos e ideas, sino que comprende la crítica de la conducta del otro, aun cuando sea desabrida y pueda molestar, inquietar o disgustar a aquél contra quien se dirige, pues, así lo requieren el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los cuales no existe sociedad democrática."

Entiendo yo, humildemente, que vedar una libérrima expresión, posiblemente connote escasez de bizarría y destreza. 

Avanzaremos serenos... Salvo mejor parecer. ©Baldomero Gómez (Yo soy Galmier Zemog)


Agridulce