10 noviembre 2017

Una mujer progresista, actual


Es cierto que ha llegado el momento de la reforma en profundidad de nuestra Constitución, una norma de consenso, repudiada entonces por algunos que hoy la defienden a ultranza. Si
para llegar a tener estabilidad y convivencia, resultaron esenciales, entonces, año 1978, ciertos actores sociales y políticos, muy importantes, que renunciaron ejemplarmente a cierto protagonismo en pos de la paz y el orden; ahora, en beneficio de todos nosotros, los portadores de ese pensamiento vivo, que sigue actual, habrán de ser protagonistas directos, tomando la batuta para ser renovadores de este desaguisado, montado por insensatos, inmersos en corrupción y egoísmo, sin medida.

Estamos siendo testigos de la intervención del Gobierno en la Administración local de Madrid, corremos el riesgo de seguir viendo actuaciones de abuso de poder, contrarios a la pacífica convivencia, irrenunciable

Os pido que pacientemente, leáis las palabras que siguen, escritas y pronunciadas por una mujer progresista, en 1970. Una mujer, actual:

\\...“Defender el derecho de las nacionalidades a la libre autodeterminación no supone en absoluto la obligación de separarse. Los comunistas hemos considerado siempre esta cuestión, como subordinada a la utilidad de ella y en relación con los intereses de las fuerzas fundamentales: La clase obrera, los campesinos y demás fuerzas populares frente a las oligarquías financieras, monopolistas y latifundistas y los gobiernos representativos de éstas.


Éramos la antiespaña quienes luchábamos por la libertad y el progreso de los pueblos de nuestra patria.”  

(…)
Una opinión digna de destacarse es la de José Mª Gil Robles, que, si bien no propugna el federalismo, considera que:
«Es un hecho, fuera de toda discusión, el fracaso del centralismo absorbente y estéril. Si se parte de una completa realidad nacional en que coexisten, en virtud de un proceso unificador voluntario, diversos pueblos, con peculiaridades históricas y geográficas bien definidas, con tradiciones, costumbres, lengua e historia completamente propias, con legislación y gobierno particulares hasta épocas recientes, difícilmente puede concebirse que la estructura del Estado en España pueda desconocer en el futuro esa realidad poderosa.»
Sin profundizar en las variantes de las opiniones de los consultados, es indudable que el sentimiento general es favorable a la modificación de las estructuras del Estado y de hacer más viable la comprensión y el entendimiento entre todos los pueblos de España.”//

Así habla, Dolores Ibárruri “España Estado multinacional” (Septiembre de 1970) y, digo bien hablando en presente, porque está de rabiosa actualidad


Estas palabras de Dolores Ibárruri, de carácter integrador, resultan de suma importancia, a mi sencillo entender, a estas alturas del nuevo siglo, en los tensos momentos que estamos viviendo. Conforman un resorte filosófico, para muchas personas que se sienten libres y plurales.


Reprocho, con todos mis respetos, que no se trate de difundir hacia fuera, este tipo de pensamiento, por quienes militan en organizaciones cuyo soporte es noble, pero desconocido para la mayoría de los y las ciudadanas, que ven con distancia y, consecuentemente, con desconfianza, maneras de pensar, tan limpias y firmes, que también son suyas. Es momento de cambios, los que mantienen vivo el pensamiento integrador, son los llamados a mantener el orden y la paz, en la diversidad.



¡Feliz fin de semana!  ©Baldomero Gómez (yo soy Galmier Zemog)