16 febrero 2018

Gestión de vida

Desde hace un tiempo, debido a la necesaria estabilidad emocional que todos nos merecemos, decidí dejar de ver informativos televisivos. La razón es la misma, que unas y otros, con seguridad, padecéis. Manipulación y mala fe informativa… desde todos los puntos, desde cualquier ideología. Otra decisión que me hace sentir muy bien, es hablar, un rato, cara a cara, cada semana individualmente, con uno, a poder ser, de manera presencial, entre los y las pocas amigas que realmente tenemos… Es una maravilla, descubres, más bien redescubres, verdaderos seres interesantes, nobles, hermosas, fabulosos… claro que, son menos de los que uno se piensa, muchos menos… poquitos… ¡tengo mucho que hacer, no me viene muy bien!; ¡estoy hecha polvo!; ¡tengo que atender al niño!... hay incluso disculpas, tan inconcretas y cínicas, que te convencen para darles la calificación, definitiva, que le he dado a los informativos televisivos que enturbian la estabilidad emocional… disculpas que vienen, incluso, de quienes, no tienen ningún reparo en recurrir a ti, de urgencia, cuando les surge un interés suyo, muy particular… ¡Qué gracia! …¿verdad?


O Berbés Vigo (Baldo)
Hoy, tras haber dormido inquieto, incómodo, pero ledo, he reflexionado más profundamente sobre el bienestar general, y podría concluir que, todo es cuestión de cercanía, de gestión de vida, de calidad, de nivel alto… 

Las situaciones, a veces, son parecidas pero, no son iguales. A saber, no es lo mismo participar de la juntanza, permítaseme el galleguismo, entre gentes de distintos lugares llegados a un sitio, para departir y compartir, acompañándose los unos a los otros, sin premeditación, habiendo decidido motu proprio asistir a un evento; no es lo mismo, que acudir a un lugar, llevado, colocado, dejado al pairo de la situación, con el gesto oficial de "ahí te quedas, trata de disfrutar, después te recogemos"…

Dar por bueno lo que es una chapuza, es ser cruel… imperan por doquier, actos, que de un tiempo están entrando en demodé, a los que gustan de asistir, entre otros, algunos "políticos" y "decanos o presidentes de corporaciones profesionales", bajo el sostén del deber institucional, pendientes sólo de la imagen, de la rentabilidad, asistidos de ingenuos colaboradores que se dejan llevar del boato más que, de su necesaria profesionalidad, quizás involuntariamente, profesando, un triste culto al mal gusto… Por contra, coexisten otros, dispuestos para cumplir con el cometido social de colaborar, poner los medios que hagan posible, en las profesiones y sobretodo en la vida ciudadana, la realización, de aquello que dispongan, directamente, los ciudadanos, destinatarios de los servicios. No al revés.

…Existen, las hay, personas, que vienen planteando ese necesario cambio, exigiendo un acercamiento, real, de las administraciones a los ciudadanos, no sólo a través de la creación de órganos participativos, que también, sino a modo de participación directa en la generación de ideas complementarias, haciendo servicios sociales dirigidos a colectivos mixtos, que reflejen la realidad de la vida, contrarios a los actualmente al uso, que manejan a los usuarios tal si fuesen muñecos de trapo. Los barrios, las parroquias, los lugares, conservan la majestuosa esencia de la proximidad, la misma que nos proporcionan  las y los poquitos amigos, con los que cada semana, con suerte, podemos departir tomando un cafecito, o un buen vino.

Hablar de inversión pública sin plantearse una decidida transformación de los servicios y de la asistencia social, desde la Administración Local, es no tener interés por la gente, por los votantes, por quienes son el origen y destino de los ideales, cualquiera que sea el signo político de donde vengan. Junto a las inversiones públicas en obras, en instalaciones, ha de estar como pilar básico del bienestar, el día a día de las personas, desde su propia iniciativa, sin imposiciones, con naturalidad, con actuaciones frescas, donde prime la persona.

Transferir las competencias, los presupuestos y los medios… Hacer un verdadero pacto de complicidad para que todo funcione, sin protagonismos, teniéndose en cuenta, destacadamente, la figura del legítimo representante que ha elegido, en cada momento, el pueblo. Eso es sencillo, es posible… es a lo que, me permito humildemente, invitaros a soñar... 
...olvidaba señalar que, la película recomendada, como muy buena con sus defectos, se titula The Florida Project, dirigida por Sean Baker. Algunos la califican de metáfora natural. ©Baldomero Gómez (Yo soy Galmier Zemog)


    La distancia adecuada