Siendo como es la justicia un poder del Estado, la ciudadanía debe tomar nota de su problemática que al fin y al cabo, le resulta ser propia. Un ciudadano de bien, sabe perfectamente que el menosprecio a que se ha venido sometiendo a la Justicia, entendida esta como el componente más cercano, los y las juezas y fiscales de base, quienes día a día bregan interpretando nuestras desavenencias, quienes renuevan, recomponen, reanudan derechos maltrechos y destrozados ...incluso derechos denostados por órganos de poderes del Estado, incumplidores, demasiadas veces, de la Constitución y de la Ley, erigidos en actores principales del abuso más inesperado... resulta injusto.
De rebote, ha de fijarse la ciudadanía, también, en los defensores, quienes escudriñan y resaltan tus derechos, luchan por renovar los más preciados, entre otros, valores de vida, la dignidad, la libertad, el honor, nuestra estima. Profesionales del Derecho, los y las abogadas, graduados sociales, procuradores... profesionales que están viendo como se van al garete sus derechos fundamentales, inmersos en una tempestad, en ciernes, que pone en peligro su estabilidad, que acaba siendo, de forma irreversible, la inestabilidad y la inseguridad jurídica del pueblo.
En medio, las y los funcionarios al servicio de la Administración de Justicia, ignoradas, desdeñados, desairadas.... véase en Galicia, muestra clara y triste, de la ínfima importancia que el poder ejecutivo les otorga.
En lo más hondo, como siempre, la parte destinataria del control de legalidad... El Pueblo, único actor con poder real para revertir esta situación, para dar un golpe en la mesa y llamar al orden, poniendo a los gestores políticos gobernantes en la calle, de una vez por todas, con un despido disciplinario en toda regla... asistimos al fiel reflejo de desprecio hacia el Derecho, elemento primordial, arma elemental para la convivencia pacífica y para la Justicia.
...no por separado, sino juntas todas, todos juntos ...en Justicia ¿Hasta aquí se ha llegado? ©Baldomero Gómez (Yo soy Galmier Zemog)
La llama