Rezumo ilusión de ser ciudadano de una maravillosa democracia que, además, dicen, desde el núcleo mayoritario del gobierno de Espanha, ser plena… debo creerles porque, aunque las resoluciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos vinculan a España… y, como quiera que, reitera que las sanciones que se dieren, de darse, por motivos de opinión, no podrán conllevar penas de prisión, resulta que, el domingo finaliza el plazo para que Hasél, voluntariamente, se encamine a la cárcel… les creo, también, porque, el Tribunal Constitucional español -con división de sus miembros-, decidió el pasado diciembre 2020, que la libertad de expresión no ampara llamamientos a quemar la bandera, en el caso de un sindicalista que, en un acto de protesta en Ferrol, dijo: "prenderle fuego a la puta bandera" y “aquí tenéis el silencio de la puta bandera”.
…dícese ser un bocas o bocazas: “persona que habla más de lo que aconseja la discreción” …todo un lujo, oír entusiasmado, rodeado de verdad, declaraciones despectivas, de ninguneo, hacia un colectivo profesional, médicos -de cabecera-, salidas de la boca de un juez del Tribunal Superior de Justicia de Euskadi, Sala de lo Contencioso-Administrativo, un hacha, que nos hace reflexionar sobre su propia ignorancia, indiscreción, locuacidad y prejuicio a través de ondas hercianas, horas antes de hacerse pública una resolución judicial, de la que él mismo es ponente, que afecta a la seguridad, vital, de personas… al tiempo, ayer mismo, la Organización Mundial de la Salud, pide a nuestros gobernantes, no relajar las restricciones… algo se mueve y ciertos acomodados revueltos. Galmier Zemog© Vigo, 2021